LO QUE CREEMOS
Creemos que hay un solo Dios vivo y verdadero, que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, iguales en poder y gloria; este Dios tripartito creó todo, sostiene todo y gobierna todo según el propósito de su voluntad.
Creemos que Dios es esencialmente Espíritu, personal, trascendente, soberano, vida, amor, verdad, todopoderoso, infinitamente eterno, inmutable, sabio, justo, santo, relacional, de naturaleza pura, dinámico, infalible en todas las cosas, incluyendo su presciencia de todas las decisiones y eventos futuros.
Creemos que Dios Padre se ocupa misericordiosamente de los asuntos de los hombres; que escucha y responde a la oración; y que salva del pecado y de la muerte a todos los que acuden a Él mediante la fe en Jesucristo.
Creemos en Jesucristo, la segunda persona de la Divinidad, el Hijo unigénito de Dios, el Mesías prometido, concebido por el Espíritu Santo.
Creemos en su nacimiento de una virgen, en su vida sin pecado, en sus milagros, en sus enseñanzas, en su resurrección corporal, en su ascensión al cielo, en su intercesión permanente por su pueblo y en su regreso personal y visible a la tierra.
Creemos que Jesucristo es plenamente Dios y plenamente humano, que posee dos naturalezas distintas que están unidas en una sola persona, y que proporcionó la expiación de nuestros pecados mediante su muerte en la cruz.
Creemos en el Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, que salió del Padre y del Hijo para convencer al mundo del pecado, la justicia y el juicio, y para regenerar, santificar y capacitar a todos los que creen en Jesucristo para el ministerio.
Creemos que el Espíritu Santo mora en cada creyente en Jesucristo y que es un ayudante, maestro y guía permanente.
Creemos en el ministerio presente del Espíritu Santo y en el ejercicio de todos los dones Bíblicos del Espíritu Santo, para ser empleados dentro de las normas Bíblicas. Creemos que el amor es más importante que los dones más espectaculares, y sin este amor, todo ejercicio de los dones espirituales no tiene valor.
Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, completamente inspirada sin error en sus manuscritos originales y son la infalible regla de fe y práctica. La Biblia es la fundación sobre la cual la iglesia opera y es la base por la cual la iglesia es gobernada. Creemos que la Biblia sustituye cualquier ley terrenal que es contrario a las Santas Escrituras.
Creemos que debemos enseñar fielmente la Biblia de tal manera que su mensaje pueda ser aplicado a la vida de un individuo, llevando a esa persona a una mayor madurez en Cristo. Hacemos esto explicando la relevancia de la Biblia para empoderar y transformar vidas para el servicio.
Creemos que Dios es el Creador y Sustentador de los cielos y la tierra y de toda forma básica de vida. Creemos que Dios creó todas las cosas ex nihilo (de la nada) como se enseña en el libro del Génesis, llamándolo bueno. Creemos que Dios ejerce un cuidado providencial sobre toda forma de vida en su creación, y llama a los cristianos a ser fieles administradores del mundo natural.
Creemos que Dios creó al hombre y a la mujer como personas biológicas únicas hechas para completarse mutuamente. Dios instituyó el matrimonio monógamo entre hombre y mujer como fundamento de la familia y estructura básica de la sociedad humana. Por esta razón, creemos que el matrimonio es exclusivamente la unión de un hombre y una mujer genéticos, sancionada por la iglesia y reconocida por el estado, como lo demuestra una ceremonia matrimonial.
Creemos que el hombre es creado a la imagen de Dios; sin embargo, después de la caída de Adán y Eva, todas las personas están por naturaleza separadas de Dios y son responsables de su propio pecado, pero que la salvación, la redención y el perdón son ofrecidos como un regalo gratuito por el Señor Jesucristo a todos basados en Su sola gracia.
Creemos que cuando una persona se arrepiente del pecado y recibe a Jesucristo como Salvador y Señor personal, confiando en Él para salvar, esa persona nace inmediatamente de nuevo y es sellada por el Espíritu Santo, todos sus pecados son perdonados, y esa persona se convierte en un hijo de Dios, destinado a pasar la eternidad con el Señor.
Creemos que Jesucristo bautiza al creyente que busca con el Espíritu Santo y capacita a los creyentes para el servicio, a menudo después de la rehabilitación.
Creemos en la iglesia universal, el cuerpo espiritual vivo, del cual Cristo es la Cabeza, y todas las personas liberadas son miembros.
Creemos que Jesús encomendó dos ordenanzas a la iglesia: 1) el bautismo y 2) la Cena del Señor. Creemos en el bautismo por inmersión y en la comunión abierta a todos los creyentes.
Creemos en la imposición de manos para el bautismo del Espíritu Santo, para la ordenación de pastores, ancianos y diáconos, y para recibir del Espíritu Santo a través del creyente el don de sanidad.
Creemos que la iglesia tiene la responsabilidad de adorar al Señor y compartir las buenas nuevas de la muerte y resurrección de Cristo al mundo, haciendo discípulos, bautizando a los creyentes y enseñándoles a observar la sana doctrina y a vivir una vida santa.
Creemos en el regreso a la tierra en forma personal y visible de Cristo y en el establecimiento de Su reino, en la resurrección del cuerpo, en el juicio final y la bendición eterna de los justos, y en el sufrimiento interminable de los impíos.
Creemos en lo que es llamado el Credo de los Apóstoles como encarnación de los hechos fundamentales de la fe cristiana.
Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra;
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro;
que fue concebido del Espíritu Santo,
nació de la virgen María,
padeció bajo el poder de Poncio Pilatos;
fue crucificado, murió y fue sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;
y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Universal,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección del cuerpo, y la vida eterna.